Un tema muy difícil, desde luego, Clara. Me encanta que te atrevas con ello y que nos hagas pensar. No sé si seré o no neptuniana, pero desde siempre me ha fascinado la idea del Bien y del Mal y le he dado muchas vueltas, aunque no sé si tantas como tú.
Para mí la mejor definición que he encontrado sobre el mal es la que da Cynthia Bourgeault, una mística cristiana moderna, y es así: "El mal es un campo de energía tóxicamente perturbado y contagioso que se activa en una persona o personas a través de la ejecución de un impulso semi-voluntario impreso como un hábito para destruir o dañar a otros en un esfuerzo por preservar su propio ego o estructura personal.
Complejo, pero porque el propio Mal es un fenómeno complejo. Lo desgrano un poco tal y como lo explica ella y vemos si te cuadra, que yo creo que algo sí que resuena con lo que estás contando en tu carta.
- El mal se activa, es decir, no lo creamos sino que está presente en el mundo y lo llamamos con nuestros actos.
- No hay una "persona malvada" per se sino una persona enganchada a actos malvados por fuerza del hábito, porque su respuesta es habitualmente egoísta. Esto es propio de las personalidades narcisistas.
- Es contagioso: el mal atrae al mal, la violencia engendra violencia. Cuando alguien nos hace daño, es muy difícil no responder de la misma manera. Ese es el gran reto.
- Tiene que ser un acto llevado a cabo en el mundo, no basta con un pensamiento o deseo. Todos deseamos hacer el mal en ocasiones, pero nos contenemos.
- Responde a la necesidad de preservar nuestro ego, que es muy frágil y puede romperse con facilidad. Para los narcisistas, hundir a otra persona ayuda a reforzar su propia estructura es lo que mantiene su identidad a flote.
Desde el punto de vista budista, el mal puede ser simplemente la consecuencia de la ignorancia fundamental: no saber quiénes somos ni cómo podemos ser realmente felices. Por eso estas personas que realizan actos malvados (narcisistas, psicópatas, pero también nosotros en una escala menor), lo hacen llevados por la desconexión con la auténtica fuente de felicidad, que es la interdependencia.
Por otro lado, Charles Eisenstein, otro filósofo que es enormemente inspirador para mí, habla de que hoy en día vivimos una polarización enorme que es lo que está desgarrando el tejido de la sociedad, y esta polarización se basa en la creencia de que el Otro es el Mal y nosotros somos el Bien, y por tanto cualquier acto que realicemos está justificado porque está luchando contra el Mal. Estamos desconectados, condenando y juzgando duramente a la mitad de la humanidad, los que practican una religión o tienen una ideología diferente a la nuestra, cuando en realidad estas personas, en el fondo, no son tan diferentes de nosotros mismos. Cometen errores y hacen cosas malas, igual que nosotros, pero no son esencialmente malos. Ver a alguien como esencialmente malo e irredimible es parte del problema.
En fin, un tema que da para largo, tan largo como milenios que llevamos practicando la filosofía. Me quedo sobre todo con cuidarnos y poner límites a lo que es intolerable. La compasión no implica pasividad.
¡Hola Marta! Lo primero, mil gracias por tu comentario, valiosísimo y súper bien elaborado. Te agradezco que me/nos hayas desgranado tus fuentes o referencias sobre este tema, porque yo tiendo a olvidar dónde he leído qué y quién dijo qué, y luego cuando quiero tomar citas o releer textos, voy más perdida que un pulpo en un garaje. 😅
Por lo que cuentas, resueno con las tres referencias que nos compartes. Sobre todo con la budista, pero también mucho con la visión de Bourgeault, y en menor medida con la de Eisenstein.
Me quedo especialmente con la budista porque permite entender la maldad como un fenómeno natural, y hasta digno de compasión (que no tiene nada que ver con no ponerle límites o no protegerse de él, claro, como tú bien comentas). Pero la perspectiva de Cynthia Bourgeault, complementa muy bien a la budista. Y la de Eisenstein le pone el broche, la verdad.
En mi próxima carta entraré un poco más a desplegar mi opinión respecto a este tema, que sí que he tenido que estudiar y reflexionar a fondo, pero en mi caso por necesidad. 😬 Algo explicaré también al respecto, sin entrar en demasiados detalles escabrosos.
Te mando un abrazo enorme, Marta! 💜💜💜
PD: Por cierto, para saber si eres "neptuniana" sin necesidad de ver tu carta astral, simplemente puedes preguntarte si eres una persona muy sensible, empática, con tendencia al idealismo y con facilidad para conectar con el mundo de lo intangible-intuitivo-espiritual-trascendente. 😊
Hola Clara. Este tema puede ser peliagudo para muchos. Y es que muchas cosas de nuestra sociedad se rigen por esta brújula moral, que puede cambiar en cada cultura.
Me gusto mucho como hablaste de la existencia del mal. Muchas veces sabemos en nuestro corazón, una voz de la intuición que estamos haciendo algo malo, pues daña a otra persona o si nos fuera hecho a nosotros sufriríamos. La ley natural.
Creo que he intentado regirme en ella, pero no había escuchado su nombre. Me gusta saberlo pues así puedo buscar más cosas en el futuro.
Y sí, esa "brújula" nos avisa de manera bastante certera cuando estamos actuando mal, en forma de culpa y dolor. Aunque a veces sentimos culpa por cosas por las que no deberíamos, porque no están mal, pero tenemos interiorizada la creencia de que sí.
Pero éste ya es otro tema, otro "melón"... 😅
Entraré un poco más a fondo en ello en la siguiente carta, pues ésta era una especie de introducción.
Clara, esta vez vengo a abrir una nota discordante 😄 Y lo hago desde el hecho de haber sido una persona muy, pero que muy obcecada con lo justo y lo injusto, y desde ahí lo bueno y lo malo.
Hoy por hoy estoy convencida de que "el Mal" no tiene una existencia independiente que pueda ser opuesta al Bien. Y no lo digo, ni mucho menos, desde un relativismo moral o una concepción buenista a lo new age, sino desde una comprensión plenamente sentida tras años a vueltas con este tema. Hoy por hoy ya no juzgo como juzgaba antes, ni me doy de bruces con el mundo por no entenderlo porque entiendo que sí está bien, que no es lo mismo que el hecho de que diferentes actos no lo estén. Hoy sé que hasta las personas más "dañinas", al margen de psicopatologías como el trastorno antisocial -e incluso ahí sigo indagando-, no se mueven motivadas por el mal sino por conseguir su propio bien. Por supuesto, esto puede tener consecuencias devastadoras para otros seres, pero no es un tema baladí el ver que lo que les está motivando es una idea sesgada de lo que es bueno para ellos mismos. En un nivel muy limitado, lo que es bueno para nosotros mismos puede ser muy malo para terceras personas; en un caso límite está, por ejemplo, un horrible asesinato que tuvo lugar aquí en Menorca en el que una madre mató a su propio hijo porque "le molestaba" para estar con su nueva pareja. Claro que este acto es terrible y condenable, pero esa mujer no pretendía, en el sentido de que su objetivo no era, dañar a su hijo sino complacer a un hombre que, de forma limitada, llegó a convencerse de que necesitaba más que a nada. Su hijo y ella misma no estaban siendo puestos ante sus propios ojos. Cuando desde las antiguas y no tan antiguas filosofías sapienciales se dice que el mal no existe, se hace referencia a que el mal no es más que un alejamiento del bien; una concepción sesgada y limitada del bien, pura ignorancia del bien. Y por supuesto, esta ignorancia tiene consecuencias. Pero no sólo para los seres que rodean a esas personas, sino también para esas personas.
Coincido contigo en que hay una moda que repite sin fundamento alguno que "todo está bien" incurriendo en un relativismo moral por lo demás muy artificial, a lo Mr. Wonderful. Que el mal no tenga entidad propia y sea un alejamiento e ignorancia del propio bien no significa, ni mucho menos, que no ocurran cosas terribles que merezcan tanto nuestra atención, y no nuestra negación, como respuesta. La pasividad siempre es un problema porque, considero, es más de lo mismo: un alejamiento de nuestra propia capacidad creativa, humanista, natural. Para mí resulta muy importante la diferencia entre aceptación y resignación, porque tú puedes aceptar lo que sucede sin aprobarlo y sin quedarte de brazos cruzados, entendiendo, precisamente, que puede ser distinto a como se está dando. La delgada línea, que mencionas para cosas "menores", creo que reside en entender lo que entra dentro de nuestro control y lo que no, y no juzgar más que nuestra acción ante lo que se está dando naturalmente al margen de nuestro margen de acción. Y esto, idealmente, cada ser humano. Poco a poco y paso a paso, porque también muchas veces se hace daño pretendiendo lo mejor, pero desde nuestra concepción de lo que es mejor para el resto del mundo. Entiendo que cada persona tiene un proceso, y va ganando en herramientas mientras puede caminar este camino por sí sola. Y sé que entender esto me permite perdonar y entender mejor, incluso a quienes cometen grandes daños que quién sabe, igual es su piel, habiendo vivido cada una de sus vivencias y con sus mismas herramientas para enfrentar la vida, hubiésemos hecho igual. Eso no significa que no merezcan nuestra condena, ¿como creceríamos sino? Pero creo que también merecen entendimiento para que puedan andar este camino. La comprensión puede causar más conmoción que cualquier castigo, siempre que sea honesto y así se dé; porque efectivamente, nadie tiene por qué darlo.
¡Hola Estela! Pues casi vienes a decir lo mismo que ando redactando para la próxima carta, solo que mejor explicado que lo que yo podría hacerlo. 😄
Coincido totalmente en que el Mal es una forma extrema de ignorancia, en el sentido de que ignora o desconoce la verdad última de que todos somos Uno, parte de lo mismo, y provoca acciones compensatorias desde el miedo, la ira o cualquiera de las emociones que brotan cuando nos sentimos separados de la Unidad.
Bueno, en realidad coincido en todo lo que has expresado, pero sobre todo en tu perspectiva ¿compasiva?, ¿comprensiva? respecto a de dónde surgen los comportamientos de maldad/alejados del bien.
Así que de "nota discordante" nada, Estela. Es que esta carta era una introducción, porque no quería extenderme demasiado. En la próxima, hablaré más sobre la dualidad entre el Bien y el Mal, qué son para mí, qué formas toman en nuestras acciones, y por qué creo que todos estamos aprendiendo a elegir entre uno y otro. 😊
Me estoy devanando un poco los sesillos, a ver qué tal sale...
Un abrazo grande, y gracias -como siempre- por tomarte el tiempo de redactar tu opinión de forma tan impecable. Lo aprecio mucho. 🙏🙏🙏
¡Con ganas de leer tu desarrollo, entonces! A mí me parece importante no ahondar en la dualidad precisamente por todo esto que estamos comentando, aun siendo cierto que como explicas esto lleva a que desde algunas perspectivas se adopte una concepción muy naíf sobre lo que esto significa. Sin embargo, creo que esa concepción naíf surge, precisamente, de una falsa superación de la dualidad -introducida por la mente racional con su principio de no contradicción- que le da una entidad tan ajena "al mal", que no puede sino empezar a obviar un montón de realidades que se dan y que además nos conforman. Creo que tanto mensaje "positivo" da una fuerza impresionante a lo que se pretende evitar, que se encarna entonces en una realidad otra y no como parte de la misma realidad compleja de múltiples tonalidades. Pero claro, esta es una de mis conclusiones en este momento de mi vida... y también es un hecho que se sigue hablando hasta lo indecible de contrarios, y es una realidad más a abordar. Al menos aquí, en Occidente. Yo misma, cuando quiero hablar de algunas obras, me veo forzada a hacerlo porque es de hecho la perspectiva que adoptan. No me acaba de quedar claro cómo salir de este uróboro. Hay que poner mucho cuerpo, y eso en las letras puede ser complejo. De todas las artes, es la más racional. El lenguaje, demasiadas veces, se convierte en un elemento problemático.
Seguro que este tiempo que te está llevando la está nutriendo. Yo tengo ganas de leerte, tus cartas siempre ayudan a reflexionar y esto tiene un gran valor.
Sí, al final, en el fondo, el problema que señalas es otra más de las consecuencias de una autoconsciencia (media) bajita: una falta generalizada de autoconocimiento. Porque, cuando te conoces de verdad, ves que en ti duermen (o viven) las semillas de la misma oscuridad que proyectas y rechazas en el otro/a.
Aunque yo personalmente no tengo remilgos en hablar en términos duales, porque la dualidad es una realidad en este plano en el que nos movemos los cuerpos y las mentes egóicas.
Cuando hablo, intento "saltar" continuamente de perspectiva, entre la absoluta (en la que la dualidad es una ilusión óptica) y la relativa (en la que la dualidad es una realidad palpable). Espero que se entienda. 😅
Mi manera de afrontar la dualidad es reconocerla como una realidad parcial, pero realidad al fin y al cabo. Pero parcial. 😂 ¿Ves? Salto de arriba a abajo y abajo a arriba...
La dualidad es lo que es, es una parte de las reglas del juego en este planeta. El problema es la polarización, la tendencia a aferrarnos a uno de los lados de la dualidad y rechazar el otro. Que supongo que era eso a lo que te referías cuando decías que intentas no ahondar en la dualidad, ¿no?
Como tú dices, las letras son un arte que involucra más al hemisferio cerebral izquierdo que a otras ramas creativas. Esto tiene sus pros y sus contras, como todo. Yo intento hacer todo lo que puedo por hacer inteligibles mis reflexiones, que son naturalmente ramificadas hasta el infinito y muy atravesadas por lo emocional. ¡A veces acabo agotada! 😅
Pero estoy aprendiendo de los ensayos y errores, y estoy disfrutando el proceso.
En fin, gracias por estar ahí, Estela. Tus aportaciones multiplican el valor de estas cartas y me hacen darles dos o tres vueltas de tuerca más, para afinar el tiro.
Sí, me parece que es una perspectiva muy sabia también, abordarla en tanto forma en que se da. Negar las cosas que tenemos delante no suele trae nada bueno. Esto me recuerda, y esto ya es tirar de otro hilo, a un debate que he tenido interna y externamente sobre lo que narramos enfocado sobre todo en las obras audiovisuales, en el sentido de que si hoy en día tienen puntos de vista, por ejemplo, más feministas, por lo andando socialmente, o si son otra fuerza más que precisamente impulsa esos cambios sociales. Como siempre concluyo en este tipo de cuestionamientos, habrá un poco de todo, pero lo que me interesó de este pensamiento es hasta qué punto, al abordar la realidad de una forma, no le estamos dando esa misma forma. De ahí mi propia manera de enfocarlo, que no pretende negar una realidad dada sino ayudar a dar fuerza a... la realidad dada. Como ves, te entiendo perfectamente en esas saltos de arriba a abajo, jajajaja ♡
Muchas gracias por tus textos y tus palabras siempre, me alegra que exista este rico intercambio entre ambas.
Creo que entiendo por dónde iba tu "hilo", y es algo en lo que a menudo pienso: dónde está el equilibrio entre no negar lo que es, aunque no nos agrade, y no darle de alguna manera más fuerza, al reforzarlo con nuestras palabras y pensamientos.
Hay un dicho oriental (no sé si de origen chino o japonés) que dice algo así como "Al mal, ni lo mires, ni lo oigas, ni lo menciones". Es la filosofía que hay tras la típica imagen de los 3 monitos tapándose uno los ojos, otro las orejas, y el otro, la boca.
Y creo que los tiros van por que no hay que dar energía y entidad a lo que no queremos que crezca.
Pero yo no estoy del todo de acuerdo con esa forma de pensar, porque creo que el resultado de ello, si lo cumplimos a rajatabla, es que el mal crece y se expande a sus anchas.
Al final es el término medio que está en todo, ¿no? No dar energía no significa obviarlo, obviarlo sería irse al otro extremo de darle entidad dándole la misma entidad por omisión. Resueno mucho con esto.
Justamente he estado acompañando a una chica que el tema del Bien y el Mal lo llevaba muy adentro, clavado. Tanto, que cuando íbamos indagando en las creencias que sostenían sus patrones limitados, como no poder ni ver a algunas personas por la actitud de éstas, íbamos descubriendo un convencimiento de tener que confrontarlas, al final de forma muy similar a la que a ella le generaba tanto rechazo (tenía, de hecho, muchos patrones de evitación del conflicto a pesar de vivir en un fuerte conflicto interno constante). Poco a poco, fuimos viendo que esa confrontación que ella temía muchas veces no se daba, sino que la estaba proyectando y adelantando ella misma. Y en esto pensaba estos días: en cómo damos fuerza a algo que no tiene energía de por sí, sino que por definición es justamente una pérdida de la energía. Pero podemos darle un empujón tan grande, que la pérdida progresiva de energía llega a parecer una energía en sí misma. Y la mayor parte de las veces, no nos damos cuenta.
Son temas muy interesantes, y me nutren un montón. Gracias una vez más, y un abrazo bien sentido.
Clara, me ha encantado, como siempre. Me haces pensar, dudar y replantearme.
Es muy difícil deconstruir esos conceptos, cuando los límites se sobre pasan de tantas maneras. Hay que estar muy en tu sitio para no meterte en ese relativismo moral. Es difícil.
Un tema muy difícil, desde luego, Clara. Me encanta que te atrevas con ello y que nos hagas pensar. No sé si seré o no neptuniana, pero desde siempre me ha fascinado la idea del Bien y del Mal y le he dado muchas vueltas, aunque no sé si tantas como tú.
Para mí la mejor definición que he encontrado sobre el mal es la que da Cynthia Bourgeault, una mística cristiana moderna, y es así: "El mal es un campo de energía tóxicamente perturbado y contagioso que se activa en una persona o personas a través de la ejecución de un impulso semi-voluntario impreso como un hábito para destruir o dañar a otros en un esfuerzo por preservar su propio ego o estructura personal.
Complejo, pero porque el propio Mal es un fenómeno complejo. Lo desgrano un poco tal y como lo explica ella y vemos si te cuadra, que yo creo que algo sí que resuena con lo que estás contando en tu carta.
- El mal se activa, es decir, no lo creamos sino que está presente en el mundo y lo llamamos con nuestros actos.
- No hay una "persona malvada" per se sino una persona enganchada a actos malvados por fuerza del hábito, porque su respuesta es habitualmente egoísta. Esto es propio de las personalidades narcisistas.
- Es contagioso: el mal atrae al mal, la violencia engendra violencia. Cuando alguien nos hace daño, es muy difícil no responder de la misma manera. Ese es el gran reto.
- Tiene que ser un acto llevado a cabo en el mundo, no basta con un pensamiento o deseo. Todos deseamos hacer el mal en ocasiones, pero nos contenemos.
- Responde a la necesidad de preservar nuestro ego, que es muy frágil y puede romperse con facilidad. Para los narcisistas, hundir a otra persona ayuda a reforzar su propia estructura es lo que mantiene su identidad a flote.
Desde el punto de vista budista, el mal puede ser simplemente la consecuencia de la ignorancia fundamental: no saber quiénes somos ni cómo podemos ser realmente felices. Por eso estas personas que realizan actos malvados (narcisistas, psicópatas, pero también nosotros en una escala menor), lo hacen llevados por la desconexión con la auténtica fuente de felicidad, que es la interdependencia.
Por otro lado, Charles Eisenstein, otro filósofo que es enormemente inspirador para mí, habla de que hoy en día vivimos una polarización enorme que es lo que está desgarrando el tejido de la sociedad, y esta polarización se basa en la creencia de que el Otro es el Mal y nosotros somos el Bien, y por tanto cualquier acto que realicemos está justificado porque está luchando contra el Mal. Estamos desconectados, condenando y juzgando duramente a la mitad de la humanidad, los que practican una religión o tienen una ideología diferente a la nuestra, cuando en realidad estas personas, en el fondo, no son tan diferentes de nosotros mismos. Cometen errores y hacen cosas malas, igual que nosotros, pero no son esencialmente malos. Ver a alguien como esencialmente malo e irredimible es parte del problema.
En fin, un tema que da para largo, tan largo como milenios que llevamos practicando la filosofía. Me quedo sobre todo con cuidarnos y poner límites a lo que es intolerable. La compasión no implica pasividad.
¡Hola Marta! Lo primero, mil gracias por tu comentario, valiosísimo y súper bien elaborado. Te agradezco que me/nos hayas desgranado tus fuentes o referencias sobre este tema, porque yo tiendo a olvidar dónde he leído qué y quién dijo qué, y luego cuando quiero tomar citas o releer textos, voy más perdida que un pulpo en un garaje. 😅
Por lo que cuentas, resueno con las tres referencias que nos compartes. Sobre todo con la budista, pero también mucho con la visión de Bourgeault, y en menor medida con la de Eisenstein.
Me quedo especialmente con la budista porque permite entender la maldad como un fenómeno natural, y hasta digno de compasión (que no tiene nada que ver con no ponerle límites o no protegerse de él, claro, como tú bien comentas). Pero la perspectiva de Cynthia Bourgeault, complementa muy bien a la budista. Y la de Eisenstein le pone el broche, la verdad.
En mi próxima carta entraré un poco más a desplegar mi opinión respecto a este tema, que sí que he tenido que estudiar y reflexionar a fondo, pero en mi caso por necesidad. 😬 Algo explicaré también al respecto, sin entrar en demasiados detalles escabrosos.
Te mando un abrazo enorme, Marta! 💜💜💜
PD: Por cierto, para saber si eres "neptuniana" sin necesidad de ver tu carta astral, simplemente puedes preguntarte si eres una persona muy sensible, empática, con tendencia al idealismo y con facilidad para conectar con el mundo de lo intangible-intuitivo-espiritual-trascendente. 😊
Hola Clara. Este tema puede ser peliagudo para muchos. Y es que muchas cosas de nuestra sociedad se rigen por esta brújula moral, que puede cambiar en cada cultura.
Me gusto mucho como hablaste de la existencia del mal. Muchas veces sabemos en nuestro corazón, una voz de la intuición que estamos haciendo algo malo, pues daña a otra persona o si nos fuera hecho a nosotros sufriríamos. La ley natural.
Creo que he intentado regirme en ella, pero no había escuchado su nombre. Me gusta saberlo pues así puedo buscar más cosas en el futuro.
Muchas gracias y te sigo leyendo 😊
Muchas gracias a ti por leerme, Luisa. 😊
Y sí, esa "brújula" nos avisa de manera bastante certera cuando estamos actuando mal, en forma de culpa y dolor. Aunque a veces sentimos culpa por cosas por las que no deberíamos, porque no están mal, pero tenemos interiorizada la creencia de que sí.
Pero éste ya es otro tema, otro "melón"... 😅
Entraré un poco más a fondo en ello en la siguiente carta, pues ésta era una especie de introducción.
Un abrazote!
💜
Clara, esta vez vengo a abrir una nota discordante 😄 Y lo hago desde el hecho de haber sido una persona muy, pero que muy obcecada con lo justo y lo injusto, y desde ahí lo bueno y lo malo.
Hoy por hoy estoy convencida de que "el Mal" no tiene una existencia independiente que pueda ser opuesta al Bien. Y no lo digo, ni mucho menos, desde un relativismo moral o una concepción buenista a lo new age, sino desde una comprensión plenamente sentida tras años a vueltas con este tema. Hoy por hoy ya no juzgo como juzgaba antes, ni me doy de bruces con el mundo por no entenderlo porque entiendo que sí está bien, que no es lo mismo que el hecho de que diferentes actos no lo estén. Hoy sé que hasta las personas más "dañinas", al margen de psicopatologías como el trastorno antisocial -e incluso ahí sigo indagando-, no se mueven motivadas por el mal sino por conseguir su propio bien. Por supuesto, esto puede tener consecuencias devastadoras para otros seres, pero no es un tema baladí el ver que lo que les está motivando es una idea sesgada de lo que es bueno para ellos mismos. En un nivel muy limitado, lo que es bueno para nosotros mismos puede ser muy malo para terceras personas; en un caso límite está, por ejemplo, un horrible asesinato que tuvo lugar aquí en Menorca en el que una madre mató a su propio hijo porque "le molestaba" para estar con su nueva pareja. Claro que este acto es terrible y condenable, pero esa mujer no pretendía, en el sentido de que su objetivo no era, dañar a su hijo sino complacer a un hombre que, de forma limitada, llegó a convencerse de que necesitaba más que a nada. Su hijo y ella misma no estaban siendo puestos ante sus propios ojos. Cuando desde las antiguas y no tan antiguas filosofías sapienciales se dice que el mal no existe, se hace referencia a que el mal no es más que un alejamiento del bien; una concepción sesgada y limitada del bien, pura ignorancia del bien. Y por supuesto, esta ignorancia tiene consecuencias. Pero no sólo para los seres que rodean a esas personas, sino también para esas personas.
Coincido contigo en que hay una moda que repite sin fundamento alguno que "todo está bien" incurriendo en un relativismo moral por lo demás muy artificial, a lo Mr. Wonderful. Que el mal no tenga entidad propia y sea un alejamiento e ignorancia del propio bien no significa, ni mucho menos, que no ocurran cosas terribles que merezcan tanto nuestra atención, y no nuestra negación, como respuesta. La pasividad siempre es un problema porque, considero, es más de lo mismo: un alejamiento de nuestra propia capacidad creativa, humanista, natural. Para mí resulta muy importante la diferencia entre aceptación y resignación, porque tú puedes aceptar lo que sucede sin aprobarlo y sin quedarte de brazos cruzados, entendiendo, precisamente, que puede ser distinto a como se está dando. La delgada línea, que mencionas para cosas "menores", creo que reside en entender lo que entra dentro de nuestro control y lo que no, y no juzgar más que nuestra acción ante lo que se está dando naturalmente al margen de nuestro margen de acción. Y esto, idealmente, cada ser humano. Poco a poco y paso a paso, porque también muchas veces se hace daño pretendiendo lo mejor, pero desde nuestra concepción de lo que es mejor para el resto del mundo. Entiendo que cada persona tiene un proceso, y va ganando en herramientas mientras puede caminar este camino por sí sola. Y sé que entender esto me permite perdonar y entender mejor, incluso a quienes cometen grandes daños que quién sabe, igual es su piel, habiendo vivido cada una de sus vivencias y con sus mismas herramientas para enfrentar la vida, hubiésemos hecho igual. Eso no significa que no merezcan nuestra condena, ¿como creceríamos sino? Pero creo que también merecen entendimiento para que puedan andar este camino. La comprensión puede causar más conmoción que cualquier castigo, siempre que sea honesto y así se dé; porque efectivamente, nadie tiene por qué darlo.
¡Hola Estela! Pues casi vienes a decir lo mismo que ando redactando para la próxima carta, solo que mejor explicado que lo que yo podría hacerlo. 😄
Coincido totalmente en que el Mal es una forma extrema de ignorancia, en el sentido de que ignora o desconoce la verdad última de que todos somos Uno, parte de lo mismo, y provoca acciones compensatorias desde el miedo, la ira o cualquiera de las emociones que brotan cuando nos sentimos separados de la Unidad.
Bueno, en realidad coincido en todo lo que has expresado, pero sobre todo en tu perspectiva ¿compasiva?, ¿comprensiva? respecto a de dónde surgen los comportamientos de maldad/alejados del bien.
Así que de "nota discordante" nada, Estela. Es que esta carta era una introducción, porque no quería extenderme demasiado. En la próxima, hablaré más sobre la dualidad entre el Bien y el Mal, qué son para mí, qué formas toman en nuestras acciones, y por qué creo que todos estamos aprendiendo a elegir entre uno y otro. 😊
Me estoy devanando un poco los sesillos, a ver qué tal sale...
Un abrazo grande, y gracias -como siempre- por tomarte el tiempo de redactar tu opinión de forma tan impecable. Lo aprecio mucho. 🙏🙏🙏
¡Con ganas de leer tu desarrollo, entonces! A mí me parece importante no ahondar en la dualidad precisamente por todo esto que estamos comentando, aun siendo cierto que como explicas esto lleva a que desde algunas perspectivas se adopte una concepción muy naíf sobre lo que esto significa. Sin embargo, creo que esa concepción naíf surge, precisamente, de una falsa superación de la dualidad -introducida por la mente racional con su principio de no contradicción- que le da una entidad tan ajena "al mal", que no puede sino empezar a obviar un montón de realidades que se dan y que además nos conforman. Creo que tanto mensaje "positivo" da una fuerza impresionante a lo que se pretende evitar, que se encarna entonces en una realidad otra y no como parte de la misma realidad compleja de múltiples tonalidades. Pero claro, esta es una de mis conclusiones en este momento de mi vida... y también es un hecho que se sigue hablando hasta lo indecible de contrarios, y es una realidad más a abordar. Al menos aquí, en Occidente. Yo misma, cuando quiero hablar de algunas obras, me veo forzada a hacerlo porque es de hecho la perspectiva que adoptan. No me acaba de quedar claro cómo salir de este uróboro. Hay que poner mucho cuerpo, y eso en las letras puede ser complejo. De todas las artes, es la más racional. El lenguaje, demasiadas veces, se convierte en un elemento problemático.
Seguro que este tiempo que te está llevando la está nutriendo. Yo tengo ganas de leerte, tus cartas siempre ayudan a reflexionar y esto tiene un gran valor.
Un fuerte abrazo 𖹭
Muchas gracias, Estela. 😊💕
Sí, al final, en el fondo, el problema que señalas es otra más de las consecuencias de una autoconsciencia (media) bajita: una falta generalizada de autoconocimiento. Porque, cuando te conoces de verdad, ves que en ti duermen (o viven) las semillas de la misma oscuridad que proyectas y rechazas en el otro/a.
Aunque yo personalmente no tengo remilgos en hablar en términos duales, porque la dualidad es una realidad en este plano en el que nos movemos los cuerpos y las mentes egóicas.
Cuando hablo, intento "saltar" continuamente de perspectiva, entre la absoluta (en la que la dualidad es una ilusión óptica) y la relativa (en la que la dualidad es una realidad palpable). Espero que se entienda. 😅
Mi manera de afrontar la dualidad es reconocerla como una realidad parcial, pero realidad al fin y al cabo. Pero parcial. 😂 ¿Ves? Salto de arriba a abajo y abajo a arriba...
La dualidad es lo que es, es una parte de las reglas del juego en este planeta. El problema es la polarización, la tendencia a aferrarnos a uno de los lados de la dualidad y rechazar el otro. Que supongo que era eso a lo que te referías cuando decías que intentas no ahondar en la dualidad, ¿no?
Como tú dices, las letras son un arte que involucra más al hemisferio cerebral izquierdo que a otras ramas creativas. Esto tiene sus pros y sus contras, como todo. Yo intento hacer todo lo que puedo por hacer inteligibles mis reflexiones, que son naturalmente ramificadas hasta el infinito y muy atravesadas por lo emocional. ¡A veces acabo agotada! 😅
Pero estoy aprendiendo de los ensayos y errores, y estoy disfrutando el proceso.
En fin, gracias por estar ahí, Estela. Tus aportaciones multiplican el valor de estas cartas y me hacen darles dos o tres vueltas de tuerca más, para afinar el tiro.
Thankyousss 💜
Sí, me parece que es una perspectiva muy sabia también, abordarla en tanto forma en que se da. Negar las cosas que tenemos delante no suele trae nada bueno. Esto me recuerda, y esto ya es tirar de otro hilo, a un debate que he tenido interna y externamente sobre lo que narramos enfocado sobre todo en las obras audiovisuales, en el sentido de que si hoy en día tienen puntos de vista, por ejemplo, más feministas, por lo andando socialmente, o si son otra fuerza más que precisamente impulsa esos cambios sociales. Como siempre concluyo en este tipo de cuestionamientos, habrá un poco de todo, pero lo que me interesó de este pensamiento es hasta qué punto, al abordar la realidad de una forma, no le estamos dando esa misma forma. De ahí mi propia manera de enfocarlo, que no pretende negar una realidad dada sino ayudar a dar fuerza a... la realidad dada. Como ves, te entiendo perfectamente en esas saltos de arriba a abajo, jajajaja ♡
Muchas gracias por tus textos y tus palabras siempre, me alegra que exista este rico intercambio entre ambas.
Abrazo fuerte!
Y a mí también, Estela. 😊
Creo que entiendo por dónde iba tu "hilo", y es algo en lo que a menudo pienso: dónde está el equilibrio entre no negar lo que es, aunque no nos agrade, y no darle de alguna manera más fuerza, al reforzarlo con nuestras palabras y pensamientos.
Hay un dicho oriental (no sé si de origen chino o japonés) que dice algo así como "Al mal, ni lo mires, ni lo oigas, ni lo menciones". Es la filosofía que hay tras la típica imagen de los 3 monitos tapándose uno los ojos, otro las orejas, y el otro, la boca.
Y creo que los tiros van por que no hay que dar energía y entidad a lo que no queremos que crezca.
Pero yo no estoy del todo de acuerdo con esa forma de pensar, porque creo que el resultado de ello, si lo cumplimos a rajatabla, es que el mal crece y se expande a sus anchas.
En fin, aquí, estirando con gusto de tus hilos. 😊
Un abrazo grande, Estela. 💙
Al final es el término medio que está en todo, ¿no? No dar energía no significa obviarlo, obviarlo sería irse al otro extremo de darle entidad dándole la misma entidad por omisión. Resueno mucho con esto.
Justamente he estado acompañando a una chica que el tema del Bien y el Mal lo llevaba muy adentro, clavado. Tanto, que cuando íbamos indagando en las creencias que sostenían sus patrones limitados, como no poder ni ver a algunas personas por la actitud de éstas, íbamos descubriendo un convencimiento de tener que confrontarlas, al final de forma muy similar a la que a ella le generaba tanto rechazo (tenía, de hecho, muchos patrones de evitación del conflicto a pesar de vivir en un fuerte conflicto interno constante). Poco a poco, fuimos viendo que esa confrontación que ella temía muchas veces no se daba, sino que la estaba proyectando y adelantando ella misma. Y en esto pensaba estos días: en cómo damos fuerza a algo que no tiene energía de por sí, sino que por definición es justamente una pérdida de la energía. Pero podemos darle un empujón tan grande, que la pérdida progresiva de energía llega a parecer una energía en sí misma. Y la mayor parte de las veces, no nos damos cuenta.
Son temas muy interesantes, y me nutren un montón. Gracias una vez más, y un abrazo bien sentido.
Clara, me ha encantado, como siempre. Me haces pensar, dudar y replantearme.
Es muy difícil deconstruir esos conceptos, cuando los límites se sobre pasan de tantas maneras. Hay que estar muy en tu sitio para no meterte en ese relativismo moral. Es difícil.
Gracias por aportar luz 💡
Un abrazo 🩵
Hola Isabel! Sí que lo es, sí... 😬 A lo mejor mi esquema te aporta, lo compartiré en la próxima carta.
Gracias por tus palabras! Me alegra que te haya gustado el resultado de mis sudores nocturnos de esta quincena. 😅
Otro abrazo grande para ti! 💜