Es curioso, porque hay como un problema generalizado que dicotomiza realismo-optimismo, y apuesta fuertemente por lo segundo. Quiero decir que, desde esta premisa en la que se contrapone el optimismo a la realidad, no se está siendo optimista sino absolutamente pesimista. Y el optimismo es una salida fantasiosa a una realidad que se asume abrumadora sin darle siquiera la oportunidad de desenvolverse.
Creo firmemente que estar del lado de la realidad es la única manera de estar bien. Y verla como problemática al identificarla con algo hostil, sintiendo que hay que teñirla de colores pastel para habitarla, no hace sino volverla todavía más inhabitable. Considero, por experiencia propia y por lo que puedo ver a mi alrededor, que cualquier desconexión con la realidad nos carga de prejuicios y automatismos que sobrecargan nuestro ser psicológico y condenan a nuestro ser profundo u ontológico a la más absoluta ignorancia y pérdida de todo sentido, provocando unas crisis identitarias que conducen a depresiones reales, algo que va mucho más allá de la tristeza y su necesaria función de pararse a asumir los cambios a los que tenemos que ir adaptándonos inevitablemente.
Concuerdo en gran parte contigo, a mí la psicología positiva siempre me ha resultado... equivocada. Puedo entender que puede ser útil en determinado momento y en función de las personas, pero no es sostenible seguir extendiendo el dualismo en ninguna de sus dos vertientes porque como siempre digo, supone mutilar una parte de lo existente. Y estar peleadas con lo que hay significa pelearnos también con lo que somos.
Tienes una capacidad pasmosa para tomar los hilos que quedan sueltos en los textos, y crear cierres geniales con tus aportaciones.
Me ha parecido buenísima esta reflexión: "...desde esta premisa en la que se contrapone el optimismo a la realidad, no se está siendo optimista sino absolutamente pesimista." ¡Efectivamente! No lo había visto así, pero creo que tienes razón, tildar de pesimismo al realismo es una visión aún más distorsionada que el propio pesimismo...
Gracias por tus palabras, Clara, porque cuando vi la extensión de mi comentario pensé seriamente en borrarlo. Lo sentí algo excesivo, pero también tu texto y tu rabia, tan sentida, me habían inspirado y conectado con cosas que yo misma estoy trabajando. Al final me dejé llevar, y ahora me alegro :-)
Hola Clara, ya habías anunciado este post hace unos días. Ahora con los últimos acontecimientos… muy apropiado, no se si tu opinión habrá cambiado a mejor o peor en cuanto a la sociedad.
Como persona de marketing, efectivamente el sesgo positivo o ese optimismo impuesto es una realidad, y es verdad que a veces puede ser bueno pero en otras… quizá no tanto y hace daño, evitar pensar sobre la realidad real. Muy buen post, en cualquier caso, para tenerlo presente en todo lo que leamos y escuchemos también estos días.
Hola Cristina. Sí, el post lo tenía programado desde hacía una semana, así que decidí seguir adelante con él. La verdad... es que mi opinión sobre el futuro de nuestra sociedad no ha cambiado con los sucesos de los últimos días. Tragedias como ésta las tengo muy en cuenta cada día, aunque estén más lejos, y todas me apenan por igual.
Por decirlo así, lo de Valencia ha sido para mí un disgusto más que se va al enorme saco de los disgustos que acarreo. Y, por otro lado, los gestos de solidaridad y humanidad que se han dado y se siguen dando estos días brillan con luz propia y se suman a esas "vetas de esperanza" que siempre he albergado, y que sigo albergando, y que mencionaba en el texto.
Sobre lo que decías del positivismo tóxico en el mundo del marketing, puede ser que en los próximos años la tendencia dé un giro, si no de 180º, tal vez sí de 90º. ¿No crees? Tengo la sensación de que cada vez más gente está dándose cuenta de muchas cosas, entre ellas de este tema del exceso de positivismo. Para empezar, el hecho de que se haya acuñado un término para el "positivismo tóxico" y que ya sea de uso común... ya dice algo, ¿no te parece?
Ay, no sé, Cristina. No sé. 😌
Gracias por pasarte a compartir tu opinión. Lo valoro mucho. 🙏
Exacto, no sabemos nada, en realidad @Clara Síem … porque yo creo que esto no va a cambiar. A la gente se le olvida todo en 4 días, en cuanto los medios dejen de hablar de ello. ¿Quién se acuerda de los palmeros? ¿Quién ha penalizado la mala gestión, y el abandono? ¿Quién lo penará —da igual el lado político— en las próximas? Creo que andamos las dos igual: desencantadas en este panorama desolador, así que no queda otra que cobijarnos y cuidarnos. Otro abrazo compañera.
¡Hola Clara! Una carta que me llega como respuesta a muchas preguntas (personales) en estos momentos.
Me he sentido muy identificada con la cuestión de la aceptación de la realidad, que no quita que sea una mierda en muchas ocasiones y nos genera mal estar.
En esta semana de vuelta estoy siguiendo en un estado de “paz”, incluso “positivismo” a pesar del cambio, del ruido y las tragedias que están ocurriendo diariamente. Sinceramente esta semana he necesitado no ver nada de noticias , hasta este fin de semana, porque me era realmente insoportable y necesitaba atravesar esta semana de cambio vibrando lo más alto posible. Este finde ya me he permitido romper un poco.
En fin, que siento que tengo una “fe” en la vida en estos momentos, que tiene que ver más con una “fe” conmigo misma y me da a veces miedo caer en ese positivismo tóxico del que hablas. Aunque imagino que si estoy siendo consciente de ello y navego las emociones que me vienen por las mierdas del mundo, ya estoy luchando contra ello.
Hola Isabel! 😊 Gracias por compartir por dónde te pasan mis reflexiones. Resueno mucho con lo que cuentas, ¿sabes?
Yo también estoy intentando mantener un equilibrio estos días entre mantenerme informada y no meterme demasiado en el sentimiento colectivo de tragedia, porque esto último no le ayuda a nadie (y menos a mí misma). Creo que las personas muy sensibles tenemos que ir con cuidado a la hora de relacionarnos -incluso desde la distancia- con este tipo de situaciones tan graves.
Así que te entiendo...
Y también resueno con el sentimiento interno de positivismo o fe contigo misma. Una cosa es cómo vemos a la sociedad general en su deriva, y otra cosa somos cada uno/a de nosotros/as en individual que, por mucho que estemos insertos en el colectivo, no dejamos de tener un cierto nivel de agencia personal.
Creo que, cuando nos conocemos bastante bien como para estar conectadas con nosotras mismas y nuestra intuición, ese nivel de agencia personal que nos separa de la tendencia colectiva, aumenta. Por eso pienso que podemos albergar un cierto sentimiento de positivismo respecto a nuestro futuro individual, y al mismo tiempo no verlo muy claro respecto al futuro del colectivo. (Por mucha pena que nos dé).
En este tema del optimismo tengo un sentimiento paradójico que no sé muy bien cómo explicar, pero que tiene que ver con esto mismo que te decía de la agencia personal. Por un lado, no tengo demasiada fe en el futuro de la sociedad si sigue tal y como va sin despertar a nivel individual, pero por otro lado, sí tengo fe en las personas individuales.
Supongo que confío más en el despertar individual que en el colectivo. Tal vez porque, por mi trabajo, lo he visto más y lo he acompañado en muchas ocasiones. No sé. 🤔
En fin, gracias por sacar este tema del optimismo respecto a uno/a mismo/a vs. respecto a la sociedad. Me ha dado qué pensar, cosa que siempre agradezco. 😊
Te deseo que sigas asentándote por aquí despacito y con buena letra, a tu ritmo orgánico, y que puedas seguir manteniéndote en tu centro a pesar de la que está cayendo. 😌
Es curioso, porque hay como un problema generalizado que dicotomiza realismo-optimismo, y apuesta fuertemente por lo segundo. Quiero decir que, desde esta premisa en la que se contrapone el optimismo a la realidad, no se está siendo optimista sino absolutamente pesimista. Y el optimismo es una salida fantasiosa a una realidad que se asume abrumadora sin darle siquiera la oportunidad de desenvolverse.
Creo firmemente que estar del lado de la realidad es la única manera de estar bien. Y verla como problemática al identificarla con algo hostil, sintiendo que hay que teñirla de colores pastel para habitarla, no hace sino volverla todavía más inhabitable. Considero, por experiencia propia y por lo que puedo ver a mi alrededor, que cualquier desconexión con la realidad nos carga de prejuicios y automatismos que sobrecargan nuestro ser psicológico y condenan a nuestro ser profundo u ontológico a la más absoluta ignorancia y pérdida de todo sentido, provocando unas crisis identitarias que conducen a depresiones reales, algo que va mucho más allá de la tristeza y su necesaria función de pararse a asumir los cambios a los que tenemos que ir adaptándonos inevitablemente.
Concuerdo en gran parte contigo, a mí la psicología positiva siempre me ha resultado... equivocada. Puedo entender que puede ser útil en determinado momento y en función de las personas, pero no es sostenible seguir extendiendo el dualismo en ninguna de sus dos vertientes porque como siempre digo, supone mutilar una parte de lo existente. Y estar peleadas con lo que hay significa pelearnos también con lo que somos.
Me nace aplaudir, Estela... 👏👏
Tienes una capacidad pasmosa para tomar los hilos que quedan sueltos en los textos, y crear cierres geniales con tus aportaciones.
Me ha parecido buenísima esta reflexión: "...desde esta premisa en la que se contrapone el optimismo a la realidad, no se está siendo optimista sino absolutamente pesimista." ¡Efectivamente! No lo había visto así, pero creo que tienes razón, tildar de pesimismo al realismo es una visión aún más distorsionada que el propio pesimismo...
Me dejas pensando, lo cual me gusta mucho.
Gracias Estela, como siempre. 🙏
Gracias por tus palabras, Clara, porque cuando vi la extensión de mi comentario pensé seriamente en borrarlo. Lo sentí algo excesivo, pero también tu texto y tu rabia, tan sentida, me habían inspirado y conectado con cosas que yo misma estoy trabajando. Al final me dejé llevar, y ahora me alegro :-)
Un abrazote.
Yo también me alegro de que te dejases ser. 😊 Por mí hazlo siempre, Estela. Me enriquecen mucho tus aportaciones, siempre. 🙏
Hola Clara, ya habías anunciado este post hace unos días. Ahora con los últimos acontecimientos… muy apropiado, no se si tu opinión habrá cambiado a mejor o peor en cuanto a la sociedad.
Como persona de marketing, efectivamente el sesgo positivo o ese optimismo impuesto es una realidad, y es verdad que a veces puede ser bueno pero en otras… quizá no tanto y hace daño, evitar pensar sobre la realidad real. Muy buen post, en cualquier caso, para tenerlo presente en todo lo que leamos y escuchemos también estos días.
Hola Cristina. Sí, el post lo tenía programado desde hacía una semana, así que decidí seguir adelante con él. La verdad... es que mi opinión sobre el futuro de nuestra sociedad no ha cambiado con los sucesos de los últimos días. Tragedias como ésta las tengo muy en cuenta cada día, aunque estén más lejos, y todas me apenan por igual.
Por decirlo así, lo de Valencia ha sido para mí un disgusto más que se va al enorme saco de los disgustos que acarreo. Y, por otro lado, los gestos de solidaridad y humanidad que se han dado y se siguen dando estos días brillan con luz propia y se suman a esas "vetas de esperanza" que siempre he albergado, y que sigo albergando, y que mencionaba en el texto.
Sobre lo que decías del positivismo tóxico en el mundo del marketing, puede ser que en los próximos años la tendencia dé un giro, si no de 180º, tal vez sí de 90º. ¿No crees? Tengo la sensación de que cada vez más gente está dándose cuenta de muchas cosas, entre ellas de este tema del exceso de positivismo. Para empezar, el hecho de que se haya acuñado un término para el "positivismo tóxico" y que ya sea de uso común... ya dice algo, ¿no te parece?
Ay, no sé, Cristina. No sé. 😌
Gracias por pasarte a compartir tu opinión. Lo valoro mucho. 🙏
Exacto, no sabemos nada, en realidad @Clara Síem … porque yo creo que esto no va a cambiar. A la gente se le olvida todo en 4 días, en cuanto los medios dejen de hablar de ello. ¿Quién se acuerda de los palmeros? ¿Quién ha penalizado la mala gestión, y el abandono? ¿Quién lo penará —da igual el lado político— en las próximas? Creo que andamos las dos igual: desencantadas en este panorama desolador, así que no queda otra que cobijarnos y cuidarnos. Otro abrazo compañera.
¡Hola Clara! Una carta que me llega como respuesta a muchas preguntas (personales) en estos momentos.
Me he sentido muy identificada con la cuestión de la aceptación de la realidad, que no quita que sea una mierda en muchas ocasiones y nos genera mal estar.
En esta semana de vuelta estoy siguiendo en un estado de “paz”, incluso “positivismo” a pesar del cambio, del ruido y las tragedias que están ocurriendo diariamente. Sinceramente esta semana he necesitado no ver nada de noticias , hasta este fin de semana, porque me era realmente insoportable y necesitaba atravesar esta semana de cambio vibrando lo más alto posible. Este finde ya me he permitido romper un poco.
En fin, que siento que tengo una “fe” en la vida en estos momentos, que tiene que ver más con una “fe” conmigo misma y me da a veces miedo caer en ese positivismo tóxico del que hablas. Aunque imagino que si estoy siendo consciente de ello y navego las emociones que me vienen por las mierdas del mundo, ya estoy luchando contra ello.
Me ha gustado mucho Clara, como siempre.
Abrazo de una neptuniana ✨🦋
Hola Isabel! 😊 Gracias por compartir por dónde te pasan mis reflexiones. Resueno mucho con lo que cuentas, ¿sabes?
Yo también estoy intentando mantener un equilibrio estos días entre mantenerme informada y no meterme demasiado en el sentimiento colectivo de tragedia, porque esto último no le ayuda a nadie (y menos a mí misma). Creo que las personas muy sensibles tenemos que ir con cuidado a la hora de relacionarnos -incluso desde la distancia- con este tipo de situaciones tan graves.
Así que te entiendo...
Y también resueno con el sentimiento interno de positivismo o fe contigo misma. Una cosa es cómo vemos a la sociedad general en su deriva, y otra cosa somos cada uno/a de nosotros/as en individual que, por mucho que estemos insertos en el colectivo, no dejamos de tener un cierto nivel de agencia personal.
Creo que, cuando nos conocemos bastante bien como para estar conectadas con nosotras mismas y nuestra intuición, ese nivel de agencia personal que nos separa de la tendencia colectiva, aumenta. Por eso pienso que podemos albergar un cierto sentimiento de positivismo respecto a nuestro futuro individual, y al mismo tiempo no verlo muy claro respecto al futuro del colectivo. (Por mucha pena que nos dé).
En este tema del optimismo tengo un sentimiento paradójico que no sé muy bien cómo explicar, pero que tiene que ver con esto mismo que te decía de la agencia personal. Por un lado, no tengo demasiada fe en el futuro de la sociedad si sigue tal y como va sin despertar a nivel individual, pero por otro lado, sí tengo fe en las personas individuales.
Supongo que confío más en el despertar individual que en el colectivo. Tal vez porque, por mi trabajo, lo he visto más y lo he acompañado en muchas ocasiones. No sé. 🤔
En fin, gracias por sacar este tema del optimismo respecto a uno/a mismo/a vs. respecto a la sociedad. Me ha dado qué pensar, cosa que siempre agradezco. 😊
Te deseo que sigas asentándote por aquí despacito y con buena letra, a tu ritmo orgánico, y que puedas seguir manteniéndote en tu centro a pesar de la que está cayendo. 😌
Un abrazote, Isabel. 🧡