La llamada silenciosa
Sobre cómo la mística de la Naturaleza podría salvarnos como especie.
🏷️: Crítica social, Espiritualidad
Hola compañero/a, ¿cómo estás? Aquí Clara de nuevo, feliz de poder volver a conectar contigo.
Espero que estas líneas te encuentren bien, con buena salud, y con horizontes abiertos ante ti.
Y si no es así, que pronto se te despejen las incógnitas y las dificultades.
Que ASÍ SEA. 🙌
En mi carta de hoy, la segunda de espero que muchas, he sentido hablarte sobre:
Lo sanador de la conexión directa y sin intermediarios con lo trascendente a través de la Naturaleza.
La sensibilidad (sensorial, emotiva, creativa) como fortaleza espiritual.
El rechazo del Sistema (patriarcal-masculino-racional-yang) hacia todas las cualidades femeninas-yin, y hacia todo lo que representan.
El papel (potencial) de la alta sensibilidad como fuente de soluciones a este embrollo que llamamos civilización occidental.
Vas a tener que disculparme por adelantado.
En mis cartas me verás a menudo enlazar temas que, en apariencia, no están relacionados; pero en mi mente está todo unido, pues veo con facilidad cómo todo está relacionado con todo a un nivel fundamental.
Bajarlo a negro sobre y blanco y lograr explicarlo de una manera ordenada y coherente, eso ya es otra cosa.
Tenme paciencia, sigue el hilo conmigo hasta el final. Con un poco de suerte lograré acercarte a que veas las cosas desde mi prisma, que siempre es panorámico y a vista de águila. No para que lo tomes como tuyo, sino para que complemente tu propio punto de vista.
Vamos allá.
El potencial sanador de la mística natural
Hay mucho más que lo que el ojo puede ver, el oído escuchar, y la mano asir.
La mente lógica-masculina-yang y sus extensiones físicas, los sentidos, no alcanzan a percibir más allá del velo invisible que separa la realidad en dos mitades complementarias: la realidad tangible, y la intangible.
Pero los seres humanos especialmente sensibles tenemos la capacidad, o al menos la potencialidad, de mirar al otro lado del velo y traer desde ahí cosas valiosas a éste. Cosas que aquí faltan. Mensajes importantes. Sentimientos sanadores.
Lo inefable, en su atemporal sabiduría, emite una llamada silenciosa pero constante que sólo algunos oyen, y a la que aún menos responden.
Es un mensaje sin palabras, como la ráfaga de luz de un faro en la noche.
Además de la sobrecogedora epidemia mundial actual de problemas de salud mental y emocional, creo que esta llamada sutil pero profunda está detrás de que tantas personas estemos sintiendo la necesidad de reducir la cantidad de estímulos a la que nos exponemos, desacelerar el ritmo diario, disminuir las expectativas autoimpuestas o impuestas socialmente y, sobre todo, retomar el contacto con la Naturaleza.
La Naturaleza con “N” mayúscula.
Y creo que es porque, en el silencio interno y externo, y también en la Naturaleza, es donde más fácilmente se escucha la llamada de lo trascendente.
Es donde conectamos con menor esfuerzo con ese otro lado, que complementa y da sentido a éste.
El rostro de lo inefable se esconde entre las formas de lo físico, y asoma tan sólo en momentos de especial calma y presencia, precedido por la Belleza.
En el aroma meloso de un campo lleno de flores, ahí aparece.
En una bandada de pájaros surcando el cielo en silencio.
En los destellos blancos del Sol jugando sobre el horizonte marino.
En el arrullo del viento suave entre los pinos.
En la presencia silenciosa y envolvente de miles de estrellas en la noche.
En la luz del Sol infiltrada a través de las hojas de los árboles.
En la lluvia suave que difumina las distancias y lo pone todo en su justo lugar.
Es descansando la mente y los sentidos, dejándolos reposar en la Naturaleza para la que fueron creados, donde entrevemos, donde presentimos de manera intuitiva, la respuesta a la más importante de las preguntas:
Sí.
Eres amado, eres amada.
Siempre lo has sido.

¿Alguna vez has sentido este sentimiento intenso de Paz-Amor profundo al estar en contacto íntimo con el mundo natural?
Ese sentimiento no era un paréntesis en medio de la realidad “real” y sus aristas; no fue una alucinación momentánea. Estabas conectando por un instante con la parte de la existencia que trasciende lo puramente físico y material, aquella en la que se puede percibir nuestra Unión con todo lo demás.
¿Cuántos problemas individuales y colectivos desaparecerían si todos y todas albergásemos esta certeza de Unión en todo momento? ¿Cuántas de las neurosis socialmente impuestas (el afán de poder o estatus, el miedo a no encajar, el miedo a las autoridades, la necesidad de controlar a los demás) desaparecerían de un plumazo si nos supiésemos abrazados a un nivel fundamental y amados hasta la médula en todo momento?
El Sistema1 ha hecho un gran trabajo forzándonos a separarnos de la Naturaleza, sustituyendo y dificultando nuestro vínculo natural con ella con una larga serie de distracciones, preocupaciones artificiales, creencias y sucedáneos de consumo.
Digo que ha hecho un gran trabajo porque casi hemos olvidado lo que somos.
Hombres, mujeres, blancos, negros, ricos, pobres, delfines, gatos, robles, corales, montañas, ríos.
Todos venimos del mismo lado, y a él volveremos más pronto que tarde.
Somos todos hijos e hijas de lo mismo.
Esto se percibe con mayor claridad cuando eres una persona con alta sensibilidad; y, si tienes la suerte de reconectar con la Naturaleza, es más fácil aún.
Por eso tengo una cierta esperanza puesta en el slow-life movement y todos los demás movimientos anexos, que atraen a cada vez más gente. En los que, sospecho, debe de haber un alto porcentaje de neptunianos2, personas con una alta sensibilidad, emotividad, empatía e idealismo.
El potencial salvador de la sensibilidad
Si hay un futuro para el ser humano en este planeta, creo sinceramente que va a tener que ser labrado con la ayuda y el consejo de los miembros más sensibles de nuestra especie.
Decía Elaine Aron, la psicóloga que acuñó el término de “personas altamente sensibles”, que la alta sensibilidad ha tenido desde siempre una funcionalidad muy concreta y necesaria en la evolución humana: hacer de contrapeso y guía-consejo al resto de la población, ese 70-80% que no es tan sensible.
Según Aron, los distintos niveles de sensibilidad y empatía tienen diferentes ventajas y desventajas pero, en conjunto, la mezcla de potencialidades estaría bien equilibrada y sería óptima para la supervivencia de nuestra especie: las personas con menor nivel de sensibilidad y empatía serían idóneas para roles de mando, para funciones que requieren decisión y dureza, y para desempeñar con eficacia y rapidez trabajos que no requieran demasiada atención al detalle.
Las personas con mayor sensibilidad, por otra parte, ayudarían a mantener a salvo y cohesionada a la comunidad, mediante su tendencia natural a detectar potenciales peligros, mirar por el bienestar global de todos, y a atender a los miembros vulnerables del grupo.
De esta manera, las carencias de unos estarían compensadas por las fortalezas de los otros, y viceversa, creando una sociedad equilibrada, capaz de adaptarse bien a su medio (léase, sin devastarlo), y de asegurar su propia supervivencia en el tiempo.
Pero no es esto lo que estamos presenciando a nivel global. Esto sólo sería posible si a las PAS se nos dejase cumplir nuestra misión natural en la tribu global.
La negación de lo Yin
Y no es tanto que haya alguien concreto impidiéndonos vivir y ocupar nuestro lugar en el mundo, el problema es todo el Sistema. Concretamente, los valores sobre los que se asienta.
Es el paradigma patriarcal-masculino-tóxico-excesivamente-yang, negando a su mitad complementaria yin, femenina, sensible, emotiva e intuitiva.
En nuestro enfoque desacerbado hacia el lado yang de la existencia, en el afán por lograr, competir, y conquistarlo todo, nos hemos olvidado y hemos desprestigiado el otro 50% de la vida: los sentimientos, el conocimiento intuitivo, la conexión con lo trascendente, los vínculos, el cuidado por los demás, la paciencia, la receptividad, y el descanso.
Las personas neptunianas estamos especialmente conectadas con el arquetipo femenino-yin y sus cualidades. Y no importa si somos hombres o mujeres, nuestra energía femenina está bien presente en nosotros/as. Lo cual nos suele acarrear problemas para encajar en esta sociedad de valores hiper-masculinos, por razones obvias.
Pero que nos cueste encajar en esta sociedad no significa que no haya un lugar naturalmente diseñado para nosotros y nosotras, ni que seamos una especie de aberración. Eso es lo que el Sistema nos hace creer y sentir.
Lo cierto es que la aberración es el propio Sistema y sus formas totalmente desequilibradas de operar, no nosotros/as.
Las personas que nacemos altamente sensibles somos, al parecer, entre un 20% y un 30% de la población humana. Eso es entre un quinto y un tercio del total... y la Naturaleza no comete errores de tal magnitud.
Si este embrollo colectivo en el que estamos tiene arreglo, la solución va a pasar por empezar a dar verdadera voz y voto a la mitad yin-femenina del yin-yang.
Y eso nos va a requerir a nosotros/as, neptunianxs de todo el mundo, abrir más la boca y decir lo que sentimos y pensamos.
Porque tenemos un porrón de cosas que decir sobre el estado del mundo. Y aún más cosas que aportar.
He hablado.
😄
Muchas gracias por acompañarme hasta aquí. Espero de corazón que esta carta te haya suscitado algo bueno.
Dime, ¿se te ha movido alguna cosa por dentro? ¿Qué opinas de todo esto? Me encantaría saberlo.
En cualquier caso, nos leemos de nuevo en dos semanas. Como siempre, en sábado.
Deseo que pases estos días arropado/a en Amor.
Besos,
Clara. 🌾
¡Momento de conectar! (si quieres, claro)
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Cuando me refiero al Sistema, no hablo de la sociedad en su conjunto. Me refiero a los grupos de poder en las sombras, los que están detrás de las entidades que están detrás de la clase política, así como a las estructuras y mecanismos de control social diseñados e impuestos por ellos. Te hablaré de esto en otra carta, porque es un tema espinoso, complejo y lleno de matices, y no quiero que me malinterpretes.
Me ha gustado mucho tu segunda carta, Clara.
Además, y aunque tú lo niegues, he visto asomar tus dotes poéticas cuando hablas de «conectar con el otro lado» de la Naturaleza. ¡Esas 7 frases son pura poesía! ❤️
Estoy prácticamente de acuerdo en todo, yo lo siento tal y como tú lo escribes, si bien yo creo que soy demasiado pesimista con el Sistema. Creo que eso ya no tiene solución de ningún tipo, y todo lo que hará será ir a peor. Acabará desplomándose arrastrándonos a todos para hacernos empezar de 0. Seguramente nosotros no lo veamos. Pero bueno. Tampoco es que a mí se me dé bien profetizar, jajaja. Pero de verdad que lo veo muy negro. Esperaré para saber tu opinión al respecto en lo que escribas.
Ahora bien, la salvación a través de la Naturaleza, la veo. El caso es saber cuánto tiempo necesitaremos como especie para darnos cuenta de ello.
Gracias por estar. ❤️
¡Bravo! Estoy de acuerdo en todo. Porque yo también considero que aquellos con una sensibilidad mayor tenemos la gran responsabilidad y oportunidad de cambiar las cosas. Pero claro, para ello el sistema tiene que permitirnos conectar con esa naturaleza más pura y salir del condicionamiento tan extremadamente yang al que estamos ( y seguimos estando) sometidos.
Yo también percibo un cambio en las personas, !confío en que al menos si no es reversible, pueda deternerse esta locura.
Gracias, compañera neptuniana
( Neptuno 0° Acuario 🤗🙏 - ascendente piscis )